“y un día nos dijo el sueño de toda célula es devenir células y millones de ellas participan de esta: nuestra respiración”
Maricela Guerrero
Hace 18 años que comparto prácticas de Yoga. Un buen día me decidí de ir mudando mi oficio y adentrarme en lo que hoy llamo leer cuerpos.
Desde entonces, me pregunto por qué infinitas y finitas razones nos hacen elegir, preferir el Yoga frente a las demás actividades de movimiento.
¿Será que es por el dolor de espalda constante cada mañana?
¿Será por la búsqueda de sentido y compresión filosofica?
¿Será por la espiritualidad presente en la antigua tradición?
¿Será por qué va mi amiga y me hace bien?
¿Será por qué sí?
¿Que nos mueve y nos conmueve? Todo es lo mismo, ponerse en movimiento, en los cuerpos, en la respiración y ojalá en los pensamientos.
Leo cuerpos, escucho con atención para intentar hacer coincidir lo que ven mis ojos lectores con las narrativas de dolor e incomodidad. Un hombro más arriba que el otro con el tirón en la planta del pie, el mal dormir con la luna llena, la tensión en la parte baja de la espalda con los intestinos y la alimentación.
Así, escuchando y leyendo una y otra vez me volví experta, rastreadora de posibilidades y significados. Con cada cuerpo un mundo, en cada mundo un montón de células.